Desde hace tiempo que la Organización de las Naciones Unidas está trabajando en el Plan Global de la Década de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030 y como parte de este proyecto propuso que el límite de velocidad en todas las autopistas del mundo se reduzca a 100 kilómetros por hora. El objetivo principal, lógicamente, es que la cantidad de muertos y lesionados en siniestros viales se reduzca en un 50%.
La mortalidad al volante es uno de los mayores problemas del mundo según la ONU, y desde luego algo ante lo que hay que poner medidas para lograr su reducción. Según el informe realizado por este organismo son 1,3 millones de personas las que pierden la vida en la vía pública cada año en todo el mundo, número que se mantuvo estable durante los últimos 20.
Entre las diferentes propuestas de la ONU para reducir los fallecimientos se encuentran unos límites de velocidad más severos. El más llamativo es el de reducir a 100 kilómetros/hora la velocidad máxima en autovías y autopistas. También se quiere alterar el de calles convencionales y el de las vías urbanas. En las primeras se recomienda que el límite se rebaje hasta los 80 kilómetros/hora, mientras que en las segundas se aspira a no pasar de 30 kilómetros/hora.
Hay que puntualizar que el plan de la ONU pone especial enfoque en los países en vías de desarrollo, que son precisamente los que más altos índices de mortalidad al volante tienen. En África los datos arrojan una media de 28,2 fallecidos cada 100.000 habitantes, mientras que en los países desarrollados la cifra es similar aunque comparada por cada millón de personas.
Este tipo de países en vías de desarrollo no tienen normativas concretas para la velocidad en muchos casos. La ONU afirma que también en estas zonas del mundo la movilidad ha de ser un derecho humano fundamental y un bien común social, motivos principales por los que recomienda poner el foco sobre el asunto de la velocidad.